domingo, 13 de julio de 2008

La iglesia que crecia por días

"... Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos" Hechos 2.47
A nuestra manera de ver hoy las cosas, resulta casi paradójico que aquella iglesia a la que se añadía diariamente los que habían de de ser salvos, no tenía:
  • Templo.
  • No tenía pastor.
  • No tenía artículos de fe.
  • No tenía como Biblia nada más que el Antiguo Testamento.
  • No tenía instrumentos musicales.
  • No tenía coro.
  • No tenía dinero.
  • No tenía escuela dominical.
  • No tenía himnarios.
  • No tenía sociedad de jovenes, de damas o de caballeros.
  • No tenía nombre.
  • No tenía metodos de evangelización.
  • No tenía cultos establecidos
  • No tenía reconocimiento legal.
  • No tenía cultos especiales para los candidatos al bautismo.
  • No tenía institutos bíblicos para preparar obreros.
¿Qué era entonces la iglesia y qué era lo que tenía? La iglesia era Cristo mismo viviendo en ellos. Él dijo: "Os tomaré a mi mismo (que seréis vosotros) para que donde yo esté vosotros también estéis".
  • Tenía, el poder del Espíritu Santo.
  • Tenía comunión unos con otros (Se amaban).
  • Tenía oración diaria y partimiento del pan en común.
  • Tenía un incomprensible desprecio por las cosas materiales. ("Vendían sus bienes y los repartían ...")
  • Tenía alegría y sencillez de corazón entre sus miembros.
  • Tenía alabanza sincera a Dios.
  • Tenía el testimonio fresco y apasionado de la resurrección del Señor.
Han pasado dos mil años, y esto es, esencialmente lo que debe ser y lo que debe tener la iglesia para seguir creciendo. (Tomado del libro "Carne para el Espíritu")

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